Son mi hijos la razón,
la elocuencia de mi sino,
océano que sereno
baña mi cielo de estrellas,
haciendo que todas ellas
alumbren siempre mi andar.
Han traído explicaciones
en este tórrido pensar,
en que me perdí a mi antojo
buscando cuanto aclarar.
Más han sido solo ellos
los poemas de mi lar.
Han dado luz a mi espíritu,
han dado fe a mi vivir,
y en el latir de mis ansias
me han vestido de esperanzas,
han llenado hasta de calma
este torpe vislumbrar.
De mi torbellino han sido
anclajes de mis sentidos,
puerto seguro y destino,
el trino de mi cantar.
Del revolotear mi nido,
de mi huracán son la paz.
Mariella Bobadilla Pichardo
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