Perdona que voy de prisa
voy también corta de vista,
se me ha achicado el camino,
y mis sueños se han callado
carentes ya de palabras.
Ya no me quedan ejemplos
con que guiar hoy tus pasos,
solo me queda el silencio
con que escucharte las quitas,
tus penas así calmar.
Solo me queda el latido,
la fuerza
de este corazón que te ama,
que ve la magia en tus logros,
y en tus méritos se encanta.
Perdona que voy de prisa
buscando urgente tu abrazo,
la luz danzando en tus ojos
y la sonrisa en tu cara,
que a mi alma le den paz.
Perdóname hija la prisa,
o tal vez será el cansancio,
con que mis ansias se ofuscan,
con que mis ansias se afanan,
de concluirte el recuerdo,
que te haga sonreír mañana.
Mariella Bobadilla Pichardo
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