Amo el trinar de los pájaros
su vuelo grácil rasante,
sus plumas multicolores
que lucen con elegancia.
Amo la flor del camino
que sin prestarme atención,
solo se fija en el sol
su caballero galante.
Al árbol que orgulloso exhibe
su majestuoso ropaje,
y aún carente de dicción
locuaz habla con el viento.
El fruto tímido que asoma,
con su carita pinta,
cae sin vida en la hojarasca
y de allí vuelve a brotar.
Amo ver las mariposas
con sus velas desplegadas,
que al filo del viento vuelan
enamorando a las flores.
Amo el campo imperturbable,
la montaña qué altanera
llora por una ladera,
lágrimas de fecundidad.
Mariella Bobadilla Pichardo/1969
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