Bendita sea la memoria
donde perenne te encuentras,
bendito sea el corazón
que en secreto te contempla.
Que en silencio te susurra
todo cuanto en él se encierra,
que con silentes palabras
te musitan que te quiero.
Como te quieren mis días,
en mi vida toda entera,
como te anhelan mis noches,
esperanzadora espera.
Pero tú me has confinado,
a quererte desde lejos,
a adorarte aquí en el alma,
confidente del secreto.
Mariella Bobadilla Pichardo/2016
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