En la falda de la loma
me recuesto y me acurruco,
y la caricia del viento
es tu caricia mi amor.
La majestuosa montaña
me abraza con devoción
Y es ese abrazo, ese beso
con que sueño yo de ti.
Todo lo que ella me ofrece,
con tu amor yo lo comparo
ese a qué tanto aspiro,
anhelo de mi pasión.
Se que llegará ese día
en que te fijes en mi,
y en la falda de la loma,
honraremos este amor.
Mariella Bobadilla Pichardo
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