Las manos de mi madre
son florecillas tiernas
que perfuman de amores
mi vida y mi razón.
Las manos de mi madre
que guiaron mi sino,
mis luchas intestinas,
mis victorias más ciertas
Las manos de mi madre
que añoro cada día,
que busco entre mis sueños.
y ello encuentro paz.
Las manos de mi madre
tan ciertas, tan serenas,
tan sabías y tan firmes,
reinas de mi calma son.
El perfume perenne,
la caricia sublime,
la inextinguible guía
desde la eternidad.
Mariella Bobadilla Pichardo/2019
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