lunes, 1 de julio de 2013

A JORGITO


Yo, con tantas preguntas
y opiniones golpeando mi cabeza,
si debía perderte
o seguir contigo hasta el final.
Seguir creyendo,
en esa intima convicción
de que al estar en mi,
tan dentro de mi ser,
eras como mi propia sangre
y como mi hondo palpitar.

Intuyendo que estabas en mi
para algo bueno,
con que justificar mi propia existencia,
donde podía sentirte
abonando mi vida sin saberlo,
diciéndome con cada movimiento
de tu cuerpo tan pequeño aun,
que eras perfecto, perfecto en todo!

Tu, ajeno a aquel enjambre,
indefenso ante el acoso
de razones que pretendían
convencerme de arrancarte
de mi para siempre,
y tirarte lejos de la vida,
lejos al olvido,
lejos de mi futuro,
el que te soñaba discurrir
rebosante y feliz.

En esos instantes de martirizador
pensar, que agotan el alma,
un estremecimiento recorrió
todo mi ser, agito mi cuerpo,
en una suerte de temblor
como el batir de alas
de mariposas asustadas.
Me pareció oír tu voz
dulcemente lejana,
pidiéndome dajarte vivir,
vivir en mi y por mi.

Aquel canto tuyo
difundido en mis entrañas,
por ese atributo de Dios
que hace de nosotras las mujeres
poetas de la vida,
encontró eco en mi corazón y este me dijo,
que eras el saludable fragmento
de mi poesía mas cierta,
la prosa magistral
de mi cantar mas puro,
y te espere...

Llegaste al fin un día de julio,
te vi llorando entre mis brazos...
eras tan frágil y a la vez tan fuerte,
tan hermoso, tan dulcemente manso,
con esa mansedumbre
que solo expresan las almas nobles,
y te vi crecer a mi lado,
con esa cualidad intangible en ti,
que te hace tan especial y
que percibo yo tan claramente!

Ahora, ya pasado el tiempo,
desde aquellos angustiosos días,
en que tu vida dependía tan solo de mi,
de mi, que podía decidir por ti
sin siquiera pedirte opinión,
después de conocerte y saberte ser
destello luminoso en mi camino,
te agradezco tanto Jorge Luis
que golpearas fuerte
a la puerta de mi vientre,
para que te hiciera caso!

Mariella Bobadilla Pichardo.

SER

Particula soy de la vida
con poder de razonar,
ave libre, fuertes alas
son este don de pensar.

Volar de fuera hacia dentro,
de dentro afuera volar,
porque soy eso, una esencia
que se permite idear.

Volatil chispa que expande
mi cuerpo etéreo mental,
sobrepasa las fronteras
cuando vuelvo a razonar.

A veces creo que es locura
este poder vislumbrar,
percepcion de nuevas formas
que no se pueden tocar.

Efervescencia tan mía
que me obliga a caminar,
espacios no descubiertos,
mundos por analizar.

Pero es tan grato a mi alma
poderme desintegrar,
en enérgicas partículas
de ideas y levedad.

Instinto e impulso de escape
de material realidad,
es el mejor privilegio
con que se puede contar.

Nadar en mis pensamientos,
escurrirme allí y flotar,
estoy segura, no hay nada,
que se pueda comparar!

Evaporar la conciencia
de la materia es llegar,
a lógica de misterios
al concepto, a la verdad!

La creación no surgió
de pesado material,
si no que fue de la idea
expresada en voluntad,
del álito del divino
que es principio y es final.

Pensando yo he descubierto
que esta forma de sentir,
es de la divinidad el latir
en la hondura de mi misma,
enseñándome a volar!

M. Bobadilla Pichardo