En la boca un cigarrillo,
en la mente tu de nuevo,
mientras la lluvia en silencio
llora como mis anhelos.
Retozo con los recuerdos
de esta madrugada estéril,
de lumbres que ya no alumbran,
de voces que ya son silencios.
Huiste de mi esperanza,
evitaste mis te quiero,
te esfumaste con la noche,
como un borrón indeleble.
Una mancha que me estruja
tu ausencia en el alma entera,
donde siempre estuvo el nido
ese que ambos construimos.
Ojalá te llegue el canto,
de este corazón que late,
recordando los amores,
que eran tuyos, fueron nuestros.
Tal vez descubras entonces,
con este adiós para siempre,
que jamás deje de amarte,
que mi amor fue verdadero.
Mariella Bobadilla Pichardo/2022
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