Pidiendo a Dios que me quieras
como yo te quiero a ti.
de mi ser te doy mi sino,
mis caricias y en un beso,
te entrego mi porvenir.
Beso tus flores sin prisa
porque me asalta la prisa
de rendirme ante tu amor,
y en tu cuerpo me embeleso,
de tu forma de hacer eso,
que me mueve el existir.
De tu cielo hago mi cielo
de tu sentir mi sentir,
que me desnudan el alma,
huracán que me desarman
los frenos de la pasión.
Por ti soy, sin duda alguna,
ósculo errante en tu arena,
mohín de arrullos serenos,
prístino sol que me alumbra,
y en tu playa brisa eterna.
Mariella Bobadilla Pichardo/1974
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