La noche cómplice anda,
picara actriz se engalana,
se trepa sobre mi almohada
y a Morfeo lo desarma
lo arrodilla ante sus pies.
Rendida junto a tu playa
sucumbo ante tu mirada
que me atrae y arrebata,
que me somete y esclava
a tu cuerpo varonil.
Las fuerzas antes lozanas,
la palidez las encarna,
cae de bruces cualquier tapia,
desaparecen las sabanas,
comienzo a dejar de ser.
Y el encuentro con tu cuerpo
se me antoja en un refugio
donde el alma guarecer.
Al final, es la mañana
testigo fiel de las ganas
de un morir y un renacer.
Mariela Bobadilla Pichardo
Derechos Reservados.
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