viernes, 4 de diciembre de 2009

QUINTO CENTENARIO

A la España aventurera
inclino el gesto y la beso,
sin cobas ni pleitesías, 
pero con filial afecto.

Al Africa esclava rindo
honestamente respeto,
por el sudor y la sangre
con que abonó nuestro suelo.

Al Taino reverencias,
dueno real de estas tierras,
que humillado y mancillado
fue el martir de aquella gesta.

Cinco siglos han pasado,
cinco siglos de existencia,
y a pesar de tantos años,
no  hemos roto las cadenas.

Cadenas de la ignorancia,
fuerte yugo de pobreza, 
esclavitud que es mas triste
que las más antiguas rejas.

Pero este crisol de razas
con tantos años a cuestas,
aun conserva la esperanza
de un mañana con mas suerte.

Un porvenir promisorio,
un destino que no cueste
tanta esclavitud a este pueblo,
ni tantos siglos por verse!


M. Bobadilla Pichardo/ 5to. Centenario del encuentro de 2 razas. 1992

1 comentario:

SER

Particula soy de la vida
con poder de razonar,
ave libre, fuertes alas
son este don de pensar.

Volar de fuera hacia dentro,
de dentro afuera volar,
porque soy eso, una esencia
que se permite idear.

Volatil chispa que expande
mi cuerpo etéreo mental,
sobrepasa las fronteras
cuando vuelvo a razonar.

A veces creo que es locura
este poder vislumbrar,
percepcion de nuevas formas
que no se pueden tocar.

Efervescencia tan mía
que me obliga a caminar,
espacios no descubiertos,
mundos por analizar.

Pero es tan grato a mi alma
poderme desintegrar,
en enérgicas partículas
de ideas y levedad.

Instinto e impulso de escape
de material realidad,
es el mejor privilegio
con que se puede contar.

Nadar en mis pensamientos,
escurrirme allí y flotar,
estoy segura, no hay nada,
que se pueda comparar!

Evaporar la conciencia
de la materia es llegar,
a lógica de misterios
al concepto, a la verdad!

La creación no surgió
de pesado material,
si no que fue de la idea
expresada en voluntad,
del álito del divino
que es principio y es final.

Pensando yo he descubierto
que esta forma de sentir,
es de la divinidad el latir
en la hondura de mi misma,
enseñándome a volar!

M. Bobadilla Pichardo