lunes, 4 de julio de 2022

Dilema


El inextenso universo 

se nos muestra cuál palabra,

de una energía omnipotente,

una fuerza inenarrable,

un plan de ajena autoría.


Atónitos lo observamos,

buscamos la explicación,

de tanta magnificencia, 

suntuosidad opulenta,

de priorato vigor.


No nos basta el esplendor,

manifiesto en cada objeto,

que gira a nuestro redor.

Rebuscamos, rebuscamos,

sin lograr aclaración.


Desde la estrella que muere,

remota constelación,

la energía de un hueco obscuro,

poderío que atrás se esconde,

es dilema al intelecto, absurda preocupación.


No comprendemos que somos,

ni que lugar ocupamos,

con finita inteligencia,

una diminuta miaja, 

en tanta majestuosidad.


Más aún así engreídos,

engreídos petulantes,

no aceptamos ni siquiera, 

que somos solo un segundo, 

que se borra en un instante.


Mariella Bobadilla Pichardo/2019

Derechos reservados.

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SER

Particula soy de la vida
con poder de razonar,
ave libre, fuertes alas
son este don de pensar.

Volar de fuera hacia dentro,
de dentro afuera volar,
porque soy eso, una esencia
que se permite idear.

Volatil chispa que expande
mi cuerpo etéreo mental,
sobrepasa las fronteras
cuando vuelvo a razonar.

A veces creo que es locura
este poder vislumbrar,
percepcion de nuevas formas
que no se pueden tocar.

Efervescencia tan mía
que me obliga a caminar,
espacios no descubiertos,
mundos por analizar.

Pero es tan grato a mi alma
poderme desintegrar,
en enérgicas partículas
de ideas y levedad.

Instinto e impulso de escape
de material realidad,
es el mejor privilegio
con que se puede contar.

Nadar en mis pensamientos,
escurrirme allí y flotar,
estoy segura, no hay nada,
que se pueda comparar!

Evaporar la conciencia
de la materia es llegar,
a lógica de misterios
al concepto, a la verdad!

La creación no surgió
de pesado material,
si no que fue de la idea
expresada en voluntad,
del álito del divino
que es principio y es final.

Pensando yo he descubierto
que esta forma de sentir,
es de la divinidad el latir
en la hondura de mi misma,
enseñándome a volar!

M. Bobadilla Pichardo