Y pensar que pudimos resolver tantas cosas,
retomar nuestras vidas y volver a empezar.
bastaba una sola palabra, una simple palabra,
menos beligerancia y un poco de humildad.
Había tanto de por medio entre tú y yo,
el amor, el tiempo, las pequeñas cosas
las que nos decíamos antes de dormir,
las promesas en cada despertar.
Tanto, ya teníamos tres retoños,
inocentes cabecitas frágiles,
pequeñas avecillas aún sin protección,
las verdaderas víctimas de nuestra tempestad.
Mariella Bobadilla Pichardo/2022
Derechos reservados.
No hay comentarios:
Publicar un comentario