Quiero amarte sin freno, sin preocupación y sin dudas,
con el reboso que encierre este amor penitente.
Que no cree en religiones, ni en reglas, ni en contenidos,
ni en pensamientos tejidos que corrompen lo veraz.
Derramar el raudal de mi colmada pasión en ti,
mis más íntimos anhelos, la flama de mi interior,
Como si solo existiéramos, solo tu y solo yo,
enlazados por los besos, los abrazos y el ardor.
Sentirte en el desmayo de tu agitado vuelo,
amarte así, intensamente, libérrimamente,
entregándote la vida en cada clamor,
como si no quedaran lunas, ni más días,
como si no existiera ni siquiera Dios!
Mariella Bobadilla Pichardo
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