lunes, 10 de junio de 2013

HOY


Hoy quiero llenar de ti
la soledad de mis caminos,
aposentarte en el valle
de mis intimas congojas.
Quiero que sientas
muy dentro, en tus entrañas,
lo que siente el alma
cuando no alcanza una quimera.

Quiero mojar con mis lagrimas tus ojos,
suavizar con ternura tus enojos
y al fin, entre suspiros, pétalos y rosas,
bendito sea, quiero decirte que te quiero.
Decirte que sin ti
porque han de existir las primaveras,
si sus flores, sus pájaros, su brisa,
solo son como el río
que pasa presuroso por las peñas,
sin dejarle siquiera impresa su existencia.

Ya lo dije antes,
hoy quiero mojar con mis lagrimas tus ojos,
con suavidad divina penetrar
en la calidez de tu presencia,
lograr que me quieras un momento,
después, mañana, seguirás siendo
para mi música y verso,
yo para ti seré sencillamente
lo que tu quieras!

Mariella Bobadilla Pichardo./1969

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SER

Particula soy de la vida
con poder de razonar,
ave libre, fuertes alas
son este don de pensar.

Volar de fuera hacia dentro,
de dentro afuera volar,
porque soy eso, una esencia
que se permite idear.

Volatil chispa que expande
mi cuerpo etéreo mental,
sobrepasa las fronteras
cuando vuelvo a razonar.

A veces creo que es locura
este poder vislumbrar,
percepcion de nuevas formas
que no se pueden tocar.

Efervescencia tan mía
que me obliga a caminar,
espacios no descubiertos,
mundos por analizar.

Pero es tan grato a mi alma
poderme desintegrar,
en enérgicas partículas
de ideas y levedad.

Instinto e impulso de escape
de material realidad,
es el mejor privilegio
con que se puede contar.

Nadar en mis pensamientos,
escurrirme allí y flotar,
estoy segura, no hay nada,
que se pueda comparar!

Evaporar la conciencia
de la materia es llegar,
a lógica de misterios
al concepto, a la verdad!

La creación no surgió
de pesado material,
si no que fue de la idea
expresada en voluntad,
del álito del divino
que es principio y es final.

Pensando yo he descubierto
que esta forma de sentir,
es de la divinidad el latir
en la hondura de mi misma,
enseñándome a volar!

M. Bobadilla Pichardo